sábado, 7 de abril de 2007

El Parque Nacional Terelj

Después de estar un tiempo en Ulan Bator decidí irme al campo a un parque nacional que se llama Terelj por algunos días. Nuestro Hostal ofrecía unos tours pero a última hora conocí a 2 chinitos con una chinita “Xian Zhang”(o Tina, su nombre occidental) que también iban, ellos habían organizado un tour más barato y la chinita se veía linda, así que les pregunté si podía irme con ellos y me dijeron que sí!!! Como los chinos son más que preocupados me levantaron como 4 horas antes de que partiera el bus que teníamos que tomar, yo obviamente no podía alegar. Salimos a buscar un terminal de buses, no el principal, y resulta que el par de chinos no tenía la dirección.
Hicimos el ridículo como 40 minutos en la calle preguntando. Por fin una señora dijo que nos llevaba caminando, al final tomamos una minivan sólo para nosotros y un italiano que quería ir al Parque por el día. Simpático el "tano", el hombre viajaba gratis a todas partes, era fotógrafo amateur pero bueno, entonces mandaba sus fotos a unas revistas europeas y de allá le enviaban sus correspondientes euros, no es malo!. Lo bueno que hablaba español fluido y también ruso, así que como algunos mongoles hablan ruso algo se podía comunicar.


El lugar era precioso, ríos, montañas, especial para relajarse, caminar, andar a caballo. Una familia nos pasó una “Ger” que son como las "rucas" mapuches o los "hut" africanos pero de tela, igual calientitos. Ellos se iban a encargar de darnos comida y ayudarnos en todo lo que pudieran.

Layout interior de una Ger doméstica

Nos despertábamos como a las 7 de la mañana cuando la familia Mongol que nos hospedaba nos llevaba desayuno, por lo general se componía de leche de yak o de vaca, té mongol de sabor salado servido en bowls (se pronuncia “tsüütei tsai“), pan, queso de yak (entre un estado de nata y queso que comemos normalmente) y unas masitas con el sabor de una sopaipilla o un “calzón roto” de Chile. Era rico de sabor, pero había gente que me contaba que no soportaba esa comida, por lo general, era grasosa (fatty). Era tanto que inventaban desde el primer día que eran alérgicos y no podían comer casi ninguna cosa, así aprovechaban de aprovisionarse antes de partir a los campos o a los lagos y era su única manera de salvarse. Los almuerzos y comidas eran las mismas que en cualquier casa humilde, carbonadas, tallarines con carne, etc.



Después del desayuno quedábamos libres, que rico no!!, podíamos salir a caminar y disfrutar de la naturaleza, cabalgar y perderse en los cerros, tomar el poquito sol que había a algunas horas, leer, conversar, etc. es decir “vivir como se debería vivir la vida”. No se porque la gente le teme a tener esos tiempos libres, se siente culpable cuando esta en un estado de ocio, si debería ser todo al revés. Deberían sentirse culpables cuando trabajan todo el día y no se dan el suficiente tiempo para estar con su familia, amigos, disfrutar de la naturaleza etc. Yo al menos, estaba feliz en ese lugar del planeta. Cero stress, cero preocupación por cuentas que pagar, cosas que comprar, los alimentos se cultivan, uno puede trucar cosas por otras, no sirve de nada ser millonario ahí, todos viven de manera similar, humilde, pero felices.

Terelj es un lugar perfecto para relajarse, aveces caminaba por horas y no veía a nadie, con suerte algunos animales. Aparte como era otoño, el paisaje era precioso, colores amarillos con anaranjados, verdes, café, celeste del cielo.


En el medio de la nada misma, un excelente lugar para relajarse, meditar, reflexionar ...

Pero el frio en las mañanas sobretodo era fuerte, -5° o menos y pensar que solamente estabamos en otoño. En la mañana todo estaba escarchado. Cómo antes les conté en invierno Mongolia puede tener temperaturas cercanas a -30°. Por suerte teníamos una especie de estufa a leña, pero había que saber administrarla, la primera noche los chinos le echaban leña a cada rato y se nos acabó la leña a las 3:30 de la mañana. Ahí si que casi nos morimos de frio. Las Ger son buenas para guardar calor pero si no hay una estufa te recagas de frio.
Apenas nos cambiabamos de ropa, estabamos casi todo el día con lo mismo para estar "más calientitos", aparte no había ducha y el agua de los ríos estaba super helada, así que ni pensar en bañarse, con suerte una corta lavada de las presas una vez por semana. Pero yo creo que hasta teníamos congelados el sentido de la olfación porque cero mal olor. Por suerte que en Ulan Bator me había comprado un gorro mongol exquisito, super abrigador, y andaba con camisetas térmicas así que a pesar de todo nunca sufrí de mucho frio.


Se veían varios niños también, eran amistosos, jugaban todo el día. Les gustaba mirarnos y reirse. Jugaban con cosas super sencillas, como ruedas de bicicleta, pelotas, a espantar a las gallinas, a la lucha, etc., habían algunos con bastante fuerza. Creo que había un colegio en un pueblo cercano porque aveces andaban con uniforme.

Este pobre niñito esta siendo pelado por su papá con una navaja pésima, le corría la sangre por la cabeza y no derramaba ninguna lágrima. Con razón salen tan valientes los Mongoles


El demonio de Tasmania, siempre pense que era una niñita pero bien abrutada y simpática, andaba botando a todo el mundo y tirando piedras, pero el útimo día me dijeron que era niñito


Esta otra niñita con cara de picarona se nos metía todo el día a la pieza a comernos nuestras provisiones

Una guaguita Mongol
La mayoría de los desplazamientos los hacíamos caminando o en caballos o en yak o en vaca. Eran muy comunes estas carretas. Los animales tenían una fuerza increíble, nos subíamos como 10 aveces y andaban piolita por ríos y cerros.
Este es el tradicional medio de transporte "publico", puede ser vaca o yak
Los principales animales que se veían en Terelj eran yak, vacas, ovejas y caballos
Un día agarramos unos caballos y fuimos los tres chinos, un mongol y yo a la punta del cerro más alto que había. Ninguno de los pobres chinos había cabalado en su vida, yo ya me manejaba más o menos bien y el mongol era un gurú. Increíble como maniobraba el caballo ese hombre, le daba como un pellizco en el pelo del cuello del caballo y este se paraba en dos patas de inmediato. Era realmente bueno el hombre en lo que hacía. Como yo era el más experimentado de nuestro grupo, me dieron el primer caballo a mi, no muy manso pero estaba bien. El problema es que venía con una montura mongol que era de madera y muy pequeña, nunca había visto ese tipo de montura, era más bien una tortura, ya a los 10 minutos no sentía mis órganos vitales, y no me refiero al corazón ni al cerebro, aparte era un poco ancha entonces dolían mucho los muslos. El problema es que ya estábamos lejos, en el medio de la nada y avanzando hacia el cerro, así que no volví a buscar alguna manta o algo para que no me doliera y seguí no más. Estuvimos cerca de 5 horas cabalgando, no les cuento con el dolor que quedé y los moretones en las piernas, estuve caminando con las piernas abiertas y como campanita por lo menos las 24 horas siguientes. Pero valió la pena, la vista desde el cerro era preciosa, lamentablemente se me agotaron las pilas de la cámara y no pude sacar fotos, pero le pediré a los chinos que me envíen alguna.
El siguiente relato les advierto que es medio asqueroso, por si alguien no quiere leerlo, tiene relación con ir al baño. El baño fue un tema para mi, ya estaba acostumbrado a baños realmente fétidos porque me había comprado unas gotitas chinas que son concentrado de mentol (allá las usan para muchas cosas) y me echaba una par de gotas en cada orificio de la nariz y no sentía nada más que el olor a mentita. También me había acostumbrado a hacer mis necesidades en los baños tradicionales chinos que son un hoyo y un fierro para afirmarse y sentarse en cuclillas. Pero acá los baños estaban realmente asquerosos (aunque en la foto se ven "mononitos"), aparte del mal olor desde antes de entrar, estaban llenos de caga de animales afuera, caca humana adentro, había que haber entrado con 20 gotas de mentol en la nariz y con los ojos cerrados, pero era imposible porque había que mirar donde apoyar los pies. Ya me había pasado en China resbalarme por pisar orina y quedar casi metido en el hoyo donde se hacen las “necesidades”. Por otra parte, casi siempre estaba con mi chinita Tina por lo que también me daba lata hacer al aire libre y que ella esperara que terminara mi “obra”. Pensar que tenía kilómetros y kilómetros cuadrados sin ninguna persona, pero la falta de costumbre no permitía poder hacer en cualquier parte. Lo intenté un par de veces en el día, pero siempre aparecía algún niño de no se donde y me cortaba la inspiración. En la noche peor, no había nada de luz, absoluta oscuridad y caminé donde me acordaba que había un árbol. Cuando estaba en proceso de negociación para “liberar a los rehenes”, sentía pasos muy cerca mío, lo que, de verdad me daba un poco de susto (ojala me hubiese cagado de susto porque habría solucionado el problema pero no era para tanto), de repente siento un pequeño empujón en mi espalda y ahí si que me asusté, era un yak que iba caminando, del sustito me subí los pantalones y me fui corriendo a la casa, ya algo podía ver y me di cuenta que habían como 25 yak echados al medio de donde estaba. Igual esos animales no hacen nada, si son como vacas, pero a las 4 de la mañana, con unos menos 5° bajo cero, enfermo del estómago, al final tiré la esponja y no fui al baño en toda la semana!!. El problema es que en la carpa me despertaba sólo de los puros gases, estaba hinchado como tambor, llegaba a sudar con escalofríos, para peor mi objetivo aparte de disfrutar de la naturaleza del hermoso parque Terelj era mi chinita Tina, y así como me estaba comportando no era la mejor actitud para seducirla. Nunca en mi vida había que tenido que pedir disculpas a una mujer que apenas conocía por mi hinchazón, pero por suerte que me comprendía, la comida nos tenía a todos medios enfermos, la diferencia es que ellos hacían en cualquier parte y yo no.
Después de estar una semana en el parque, plena naturaleza, caballos, trecking, meditación, seducción, empecé a echar de menos, al menos algunas horas de vida occidental. Sabía que había un hotel como a 4 kilómetros porque ahí nos habían dejado cuando llegamos, tenía buenas instalaciones y hasta una cancha de Golf. Soñaba con ir a ese baño, estar en el restaurant y quedarme en el bar un rato conversándonos un vinito. Ya que los chinitos habían echo ahorrarme unas buenas lucas con este tour que se lo habían conseguido muy barato, decidí invitarlos al hotel a comer y tomar unos tragos. Cómo por lo general los chinos son un poco urgidos, planificados y se podría decir un poco temerosos, me dijeron que no, que preferían quedarse en la Ger porque mañana salíamos a las 10 de la mañana (eran las 17:00 del día anterior!!). Lo peor era que si ellos no iban, Tina tampoco iba con lo que me embarraban el panorama porque ese affaire iba viento en popa. Al final decidí ir sólo, por último, iba al puro baño y me devolvía. Como son de amorosas las chinitas, Tina habló con sus amigos y le dieron permiso para que me acompañara pero hasta las 20:30 como máximo.
Pedimos que nos preparar la carreta con el yak y un mongol nos fue a dejar. Antes de sentarnos en el restaurant, me instalé en el baño como 10 minutos. Cuando terminé era otra persona, me había sacado un gran peso de encima, así que nos pedimos unas cervezas para comenzar y después unos platitos de carne, pescado, suhi rolls!! con un buen vino. Estaba todo muy bueno y los precios eran razonables. En el restaurant-bar del hotel había muy poca gente, sólo vimos dos familias mongoles, en total, unas 10 personas. Pero estaba calientito (el lugar, jaja) y con buena música, ideal para quedarse un buen rato. Cerca de las 20:00 Tina ya estaba media preocupada, quería que volviéramos. Igual yo la entendía, estábamos a 4 kilómetros de nuestra Ger, no había nada de luz en el camino y para peor teníamos que cruzar un río como de 100 metros de ancho. Como yo no me quería ir, le decía, “pero por favor, eres una alumna de postgrado y te complicas en como vamos a volver a la Ger que esta 15 minutos de acá. Podemos pedirle a alguien del hotel o a algún huésped que nos lleve, o hacer dedo en la calle, o arrendar caballos y devolverlos mañana, o irnos caminando y yo te cruzo en brazos el río, etc.” También estaba la alternativa de quedarnos en el hotel que era la mejor para mi al menos, jajaja. Al final se relajó y nos olvidamos del horario de regreso, seguimos tomando vinito y disfrutando de nuestra noche romántica. Como a las 22:30 nos vienen a buscar de recepción diciendo que teníamos un llamado. Era uno de sus amigos chinos, todavía no se donde se consiguieron un teléfono para llamarnos. La verdad es que la querían matar (y a mi también), estaban muy preocupados. Yo a esas alturas los habría mandado a la cresta pero igual tenían razón. Antes de devolvernos ¿adivinen que hice?, obviamente pase al baño, jajaja. El chino que estaba más calmado nos fue a buscar en Yak. Así termino abruptamente nuestra noche y tuvimos que volver a dormir, satisfechos y medios entonaditos. Cuando llegamos a la Ger, pedimos disculpas y llegó la familia Mongol con nuestros platos de comida que nos habían guardado, que buena gente. A pesar de lo llenos que estábamos después de la comida del hotel y el trago, no podíamos decirles que no, así que de nuevo a comer.
El Hotel UB-2, esta foto la saqué de Internet
Mi chinita Xian Zhang (Tina), más tiernita que el pollo en papel de mantequilla

Lo que comimos en el hotel, carne, pescado, rolls!!. Y después en nuestra Ger, pescado, arroz, papas. Al final es casi lo mismo pero con una distinta presentación

Al otro día un bus que iba a Ulan Bator pasaba a las 9:30 de la mañana como a 2 kilómetros de donde estábamos. Los chinos estaba listos a las 5:00 de la mañana, con sus bolsos cerrados y esperando!!!, too much. Nos despedimos de la familia mongol que nos trató increíblemente bien le dimos algunos regalos principalmente víveres (mucho arroz, bebidas, chocolates, etc.) y nos fueron a dejar en Yak al paradero de buses. Esperamos media hora y llegó el bus o mas bien una micro bastante ordinaria, al principio, todo bien, íbamos sentados, pero paró unas 20 veces antes de llegar a Ulan Bator, obviamente di mi asiento a unas mongolas porque la micro y estaba llenísima, apenas nos podíamos mover, el chofer seguí subiendo al pasajero que lo parara, capaz que pase una a la semana, porque íbamos demasiado apretados. Dentro de ese mar humano, divisé una linda “occidental” que estaba con otro joven, éramos los únicos foráneos por esos lados, al final conversamos bastante, era una pareja de alemanes bien buena onda Rainer Bischof and Heidi, después tratamos de juntarnos en Ulan Bator pero no nos ubicamos nunca, así que solamente seguimos el contacto por email.

Partiendo de Terelj, asqueroso después de una semana sin ducharme!!


Nos fuimos de ahí en vaca. Este es el rio que teníamos que cruzar con Tina en la noche, estabamos que lo cruzabamos, jaja


El pueblito que estaba cerca del Parque, pocas casas, poca gente


Una demostración de lucha mongol antes de partir y un mongol de tomo y lomo